Poco conocidos hechos sobre animas benditas como pedirles.

Mirando alrededor, los sacerdotes vieron a entreambos lados del sendero fieras bandas de forajidos fuertemente armados y apuntándoles. Se vieron en una emboscada y estaban a la completa merced de los delincuentes.El hombre respondió: “Todo lo que doy es mi propia ofrenda. No se alarme. No soy rico, usted piensa que doy más de lo que tengo. No

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